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jueves, abril 07, 2005

BIOGRAFIA DE RAFAEL HERNANDEZ

Las obras de Rafael Hernández Marín, uno de los compositores más importantes de la música puertorriqueña durante el siglo 20, han logrado desafiar las pruebas del tiempo. Hernández nació en Aguadilla, Puerto Rico, el 24 de octubre de 1892.

Comenzó a tomar clases de música a los 12 años, con los profesores Jose Ruallán Lequerica y Jesus Figueroa. Aprendió a tocar varios instrumentos, tales como: la corneta, el violín, el trombón, el bombardino, la guitarra y el piano. En su adolescencia, se mudó a San Juan, donde tocó en la Orquesta Municipal bajo la dirección de Manuel Tizól.

En 1912, compuso su primera canción, una danza titulada "María y Victoria", pero con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Hernández tuvo que servir en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, donde tocó con la Banda Militar.

Después de su experiencia militar, Hernández se mudó a Nueva York donde conoció a próceres tales como: Luis Muñoz Marín, Luis Llorens Torres, Luis Palés Matos y Pedro Flores. Más tarde viajó a Cuba, donde condujo la Orquesta del Teatro Fausto en la Habana. Después de 4 años, retornó a Nueva York, donde organizó al Trío Borínquen. Después de un período breve de logros, con canciones como: "Siciliana", "Me la Pagarás" y "Menéalo", el Trío Borínquen fue disuelto y Hernández fundó otro grupo.

La nueva banda fue llamada Conjunto Victoria, através de la cual Hernández tuvo uno de los períodos más importantes de su carrera ascendiente. Al comienzo de los años 40, Hernández viajó a Méjico, un país que siempre consideró su segundo hogar; emprendió estudios en el Conservatorio Nacional de la Música de Méjico, del cual se graduó como maestro de armonía, composición y contrapunto.

Volvió a Puerto Rico en el 1953 y, después de varios viajes exitósos a diferentes pueblos de la Isla, trabajó como consultante de música para la recién-creada emisora gubernamental, WIPR. Entre los años 1956 a 1959, sirvió como Presidente Honorario de la Asociación de Compositores y Autores de Puerto Rico. Hernández participó en varias causas cívicas y ayudó a fundar Beisból de Pequeñas Ligas para jóvenes puertorriqueños.

El 11 de diciembre de 1965, Hernández murió --después de una larga lucha contra el cáncer. Su herencia al Pueblo consta de más de 3,000 composiciones musicales de diversos géneros, incluyendo clásicos tales como: "Silencio" (letra), "Ausencia" (letra), "Campanitas de Cristal" (letra), "Preciosa" (letra) y "El Cumbanchero". Pero, quizás su canción más famosa sea "Lamento Borincano" (texto de la canción), que ha sido grabada por numerosos artistas desde que se escribió. Ella representa las luchas del jíbaro puertorriqueño para poder subsistir; el arquetipo de un héroe que el pueblo puertorriqueño se ha identificado con muy de cerca. Identificarse con este pobre jíbaro, desanimado por su inabilidad de vender sus mercancías en la placita del pueblo puede ser interpretado como representación de la lucha propia de Puerto Rico por su identidad nacional e independencia en la cara de su historia colonial. Una de las versiones más viejas de la canción fue interpretada por Alonso Ortiz Tirado-Lamento Borincano. Una versión moderna-Lamento Borincano fué hecha por los esfuerzos de colaboración de: Gilberto Santa Rosa, Marc Anthony y La India.

Las obras de Hernández fueron aclamadas más allá de su natal Puerto Rico. Los mejicanos de la región de Puebla consideraban "Que Chula es Puebla" como su himno oficioso. De la misma manera, muchas personas en la República Dominicana consideran "Linda Quisqueya" como su segundo himno nacional.